Luis Roberto Robles J.
El festejo de la navidad tiene profundas raíces históricas, se vincula con la saturnalia, una antigua festividad romana en honor a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha. Celebrada alrededor del solsticio de invierno, se festejaba con alegría, intercambio de regalos, banquetes y liberación temporal de las normas sociales. Al cristianizarse el Imperio Romano, la Iglesia adoptó elementos de la saturnalia y lo largo de los siglos, ha evolucionado incorporando diversas tradiciones de culturas alrededor del mundo. El árbol de Navidad, por ejemplo, tiene sus orígenes en la Alemania del siglo XVI, mientras que los adornos que colgamos hoy en día poseen historias ricas y variadas.
El árbol de Navidad se popularizó gracias a la reina Victoria y al príncipe Alberto, quienes adoptaron esta tradición alemana en la corte británica. A lo largo del tiempo, la costumbre se extendió por el mundo, convirtiéndose en un símbolo universal de la celebración navideña. Los adornos, desde las bolas hasta las luces, han sido añadidos a lo largo de los años, cada uno con su propia historia y significado cultural.
En tiempos modernos, la Navidad se ha visto envuelta en un consumismo desenfrenado. Las compras excesivas, la producción masiva de objetos decorativos y el derroche han oscurecido el verdadero significado de la festividad. Este enfoque desmedido no solo afecta nuestras billeteras, sino también al medio ambiente.
Los pueblos indígenas de México celebran la Navidad de manera única, conectando con sus raíces y la naturaleza que los rodea. Muchas comunidades celebran con rituales que honran la tierra y agradecen por la abundancia. Es un recordatorio de que la celebración navideña puede ser espiritual y sustentable al mismo tiempo.
Este año, en Acuario Michin tenemos una propuesta, queremos invitar a todos a contribuir a la historia de la navidad para que de hoy en adelante se festeje a favor de un presente y un futuro más sostenible. Aquí algunas sugerencias:
• Regalos Responsables: Optemos por regalos significativos y sostenibles, evitando el exceso de embalaje y eligiendo productos locales y artesanales.
• Decoración Sostenible: Reduzcamos el impacto ambiental eligiendo decoraciones reutilizables y reciclables. Podemos crear adornos caseros con materiales reciclados y disfrutar de la belleza de la simplicidad.
• Celebración Consciente: Al planificar nuestras cenas navideñas, optemos por productos locales y de temporada. Reduzcamos el desperdicio y promovamos prácticas de cocina sostenibles.
• Conexión con la Naturaleza: En lugar de centrarnos en regalos materiales, consideremos regalos experienciales o la contribución a organizaciones benéficas ambientales en nombre de nuestros seres queridos.
• Reflexión y Gratitud: Tomemos un momento para reflexionar sobre el verdadero significado de la Navidad y agradecer por la naturaleza que nos sustenta. Consideremos donar a organizaciones que trabajen por la conservación del medio ambiente.
Este año, celebremos una Navidad que no solo honre nuestras tradiciones, sino también el planeta que llamamos hogar. Adoptar prácticas sostenibles puede convertir nuestras festividades en momentos significativos, conscientes y memorables para las generaciones venideras. ¡Felices y sostenibles fiestas para todos!