Luis R. Robles J.
A partir de los 67° de latitud norte comienza el círculo polar ártico. EE. UU., Canadá, Rusia, Noruega, Finlandia, Suecia e Islandia tienen parte de su territorio dentro de esta región, mientras que Groenlandia está completamente dentro del círculo polar. Las condiciones climáticas son extremas, durante el invierno boreal la temperatura desciende hasta -40°C y la luz solar apenas dura un par de horas; mientras que, en el verano, la temperatura media es de 0°C. Estas condiciones son indispensables para mantener estable la enorme masa de hielo conocida como casquete polar; sin embargo, desde el inicio del siglo XXI se han registrado temperaturas sin precedentes que superan por mucho, los 10°C.
A pesar de las condiciones extremas, el ecosistema polar está lleno de vida y es de gran importancia por su red trófica única y compleja que incluye desde el microscópico plancton hasta grandes mamíferos, tanto marinos como terrestres y justamente, el depredador natural en la cúspide de la cadena alimenticia del ecosistema ártico es un mamífero adaptado para las condiciones extremas tanto marinas como terrestres, el gran oso polar (Ursus maritimus).
Estos majestuosos gigantes blancos deambulan solitarios y altivos en los extensos desiertos de hielo y cada tanto incursionan en el agua mostrando su destreza para la natación. Cabe decir que están muy bien adaptados para nadar grandes distancias; no obstante, nadar en las aguas heladas del ártico requiere un gasto metabólico muy grande y los osos polares son excelentes administradores de su propia energía.
El alimento predilecto de los osos polares son las focas, los adultos consumen la grasa mientras que las crías comen la carne y las vísceras, al mismo tiempo, aprovechan la sangre y los fluidos de sus presas para mantenerse hidratados.
Durante muchos años, los escasos habitantes del círculo polar cazaron osos polares para aprovechar su piel y su carne. Esta práctica es poco rentable y provechosa; además, a pesar de que el carácter de los osos polares suele ser apacible, son animales muy impredecibles y poderosos, esto ha llevado a muchos cazadores a un trágico destino, igualmente desde 2008, la presión social por hacer lo correcto ha limitado mucho esta práctica.
A pesar de los esfuerzos por mantener saludables las poblaciones de Ursus maítimus, su estado de conservación, de acuerdo con los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) es vulnerable. La razón de esto es la pérdida del hielo que ocurre año con año y que seguirá ocurriendo con el calentamiento del planeta. Esto está obligando a los osos polares a migrar y cambiar sus hábitos.
Se ha observado que la migración del oso polar hacia territorios más estables al sur del círculo polar ha causado la interacción con osos pardos (Ursus arctos) y derivado de esta interacción han surgido híbridos fértiles adaptados al ambiente continental subpolar. Esto es motivo de preocupación que ha movido a la academia y a las organizaciones de conservación a tomar acciones más intensas a favor de conservar la especie. Estas acciones han servido para estabilizar las poblaciones actuales, aunque es necesario plantearnos más acciones que sean efectivas para reducir la pérdida de hielo en el casquete polar.
Puede ser difícil imaginar qué condiciones tan extremas como las del círculo polar ártico sean necesarias para la vida, la posición geográfica de nuestro país es privilegiada y los polos son lugares lejanos, pero no por esto debemos de pensar que nuestras acciones no ayudan a conservar el equilibrio de los ecosistemas polares. En Acuario Michin tenemos muchos programas de conservación y queremos invitarte a que te sumes a ellos para que juntos ayudemos a todos los seres vivos de nuestro planeta.