El clima de nuestro planeta es un sistema o conjunto de fenómenos cíclicos que involucran a la atmósfera, el océano, los procesos del interior de la tierra y a los propios seres vivos. Su función es transformar la energía recibida por el sol en calor, distribuirlo y mantenerlo. Gracias al sistema climático la vida en el planeta es posible, visto de otra forma, si no existiera el clima, durante el día el planeta se calentaría súbitamente, alcanzando temperaturas que destruirían fácilmente las moléculas orgánicas y contrariamente, durante la noche la temperatura descendería a menos de 100 grados centígrados. Muy pocos organismos conocidos pueden soportar tales condiciones. En resumen, el clima es el soporte de vida de la Tierra.
El ciclo del agua es el motor del sistema climático, el agua tiene propiedades físicas que le permiten almacenar calor y es por eso que, a través de la circulación de las corrientes marinas y el proceso de evaporación-precipitación, se distribuye la energía por todo el planeta.
Como se mencionó en un principio, el sistema climático es cíclico y esta ciclicidad está asociada a los movimientos de la Tierra que también provocan otros fenómenos cíclicos de diferentes escalas de tiempo, desde el día y la noche y las estaciones del año, hasta las glaciaciones y deglaciaciones que ocurren en periodos de miles de años.
De esta forma, en el océano Pacífico ocurre un fenómeno de escala interanual (entre 4 y 7 años) que es comúnmente conocido como “El Niño” pero su nombre real es “Oscilación Austral del Pacífico”. Este fenómeno, como su nombre lo dice, tiene su centro de acción en el océano Pacífico, no obstante, tiene efectos en todo el planeta. Consiste en un cambio en la intensidad de los vientos que empujan la superficie oceánica y que se lleva el agua que se calienta en las costas del continente americano hacia las costas del Indopacífico. Existen tres etapas o fases, una fase neutra cuando las condiciones son las normales, la fase positiva o El Niño, que tiene lugar cuando los vientos se debilitan y, por lo tanto, el agua cálida permanece en las costas de América, y finalmente la fase negativa o La Niña, que ocurre cuando los vientos son más intensos de lo normal y por esta razón el volumen de agua desplazada de este a oeste es mayor. Generalmente, tanto las fases positivas como negativas suelen durar de 6 a 14 meses y después se restablecen las condiciones normales que perduraran entre 4 y 7 años antes de que vuelva a ocurrir un cambio de fase. También es importante decir que los cambios de fase no se dan con un orden, es decir, no necesariamente después de un Niño viene una Niña.
Los efectos que ocasionan los cambios de fase afectan directamente al ciclo del agua (y con ello la variación de la temperatura). En nuestro país los efectos son tan diversos como su relieve y sus ecosistemas. De forma resumida, cuando hay una fase Niño, el sur, centro y occidente del país tiene veranos anormalmente secos y bochornosos e inviernos lluviosos y anormalmente fríos, mientras que en las zonas desérticas del noroeste las lluvias aumentan durante el verano y los inviernos se atenúan. Por ejemplo, en el invierno del 97-98, en la ciudad de Guadalajara cayó una nevada, lo cual es fuera de lo común, tomando en cuenta la latitud subtropical y altitud de esta ciudad. Contrariamente, cuando hay fase Niña, las lluvias en las regiones subtropicales del país se intensifican, producto de un mayor número de tormentas tropicales y huracanes que se forman, nutridos por los fuertes vientos, mientras que en el norte y noreste del país se presentan sequías severas.
En el 2021, los expertos en meteorología y clima declararon un cambio de fase, de neutra a negativa o Niña, esperando que esta acabara antes del verano del 2022 (como suele ocurrir) sin embargo, esto no pasó y las observaciones preocuparon a los expertos, pues por segundo año consecutivo se sostuvieron las condiciones Niña, mayor fue la sorpresa de los científicos este año, pues por tercer año consecutivo las condiciones Niña prevalecerán.
Este fenómeno climático tiene una función muy específica, refrescar las aguas que se calientan en el ecuador, es decir, en el periodo de 4 a 7 años, el agua cálida que acumula en el Indopacífico regresa al continente americano y viaja desde el ecuador hacia los polos liberando el calor hacia la atmósfera (fase Niño) o bien, se libera el calor en forma de tormentas monzónicas y ciclones tropicales ¿será un efecto del cambio climático que por tercer año consecutivo tengamos condiciones Niña? Es probable, pero no lo sabemos con certeza.
Es muy importante que la sociedad y los gobiernos puedan conocer e interpretar la información sobre estos fenómenos naturales para que se puedan tomar medidas adecuadas y que sus efectos no tengan como resultado desastres ¿Cómo afecta a tu comunidad estos fenómenos? En Acuario Michin te invitamos a conocer más sobre estos fenómenos con nuestros expertos.