Después de miles de años, el demonio de Tasmania vuelve a correr libre por Australia como parte de un proyecto de conservación. La organización Arca Australiana junto con Global Wildlife y Wild Ark, son los responsables de este proyecto buscando la reintroducción de una especie icónica que se encuentra en peligro de extinción desde hace miles de años.
«Hoy más que nunca la reintroducción de las especies es un eslabón vital para los ecosistemas.»
Dicho evento se realizó en el Parque Nacional Cumbres en Australia, ubicado a 253 km de Sídney, en un área protegida de 400 hectáreas. Antes de la liberación de los ejemplares, se realizaron trabajos de limpieza en el parque para asegurarse de que estuviera en las mejores condiciones. Se eliminaron hierbas y hojarasca que pudieran provocar incendios e incluso se aseguraron de que no hubiera depredadores introducidos, como zorros rojos y gatos salvajes, para asegurar el éxito de los demonios de Tasmania.
Siguiendo el modelo del Parque Yellowstone con lobos en Estados Unidos, se decidió liberar en total 26 ejemplares adultos, criados bajo cuidado humano. La primera etapa de liberación se realizó a principios de septiembre, cuando los científicos vieron buenas señales de adaptación en los animales, continuaron con la segunda reinserción para hacer un total de 26 ejemplares sanos que ahora vuelven a poblar la isla.
Los científicos comentan que el verdadero éxito del proyecto podrá evaluarse cuando llegue la época reproductiva, que ocurre en febrero. Para poder monitorearlos, se les colocaron rastreadores y se realizan visitas periódicas, con el fin de evaluar el avance y adaptación que han tenido. En una primera etapa, han colocado alimento en diferentes zonas, para que los demonios de Tasmania tengan algo seguro en caso de no poderlo conseguir por su cuenta.
Los científicos creen que, con la reintroducción de los demonios de Tasmania, se podrá controlar la gran población de otros depredadores; permitiendo que las poblaciones de pequeños mamíferos del continente se recuperen. Además, al tratarse de animales carroñeros, ayudan a mantener limpias las áreas, previniendo la propagación de enfermedades.
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